La Ciénaga de Aragua: colorido tropical

octubre 26, 2015




Por Eduardo Monzón 

En La Ciénaga los colores del trópico saltan por todos lados, te alborotan las pupilas y el ego caribeño. Es un festival visual que se enciende por toda la costa de esta gran ensenada. Los azules del mar van desde los más suaves hasta los más vivos, las casitas de madera titilan con sus tonos de fiesta y los verdes de la vegetación juegan contigo, te divierten y se atraviesan en todas las fotos que quieres tomar.



Este rincón caribeño se ubica al oeste de la costa de Aragua, entre la Bahía de Turiamo y Ocumare de la Costa. Es una playa muy popular, por sus aguas poco profundas y muy tranquilas, la cálida temperatura y la variedad de servicios que ofrece. En el lugar hay posadas, restaurantes y operadores turísticos que brindan la posibilidad de practicar buceo, snorkel y kayak.


El dato vital en esta playa (si eres un viajero que ama la naturaleza y la calma del mar) es caminar, no te quedes donde te deja el peñero, ahí está el gentío amuñuñado, con el ruido, las cavas, el licor, las mesas, las sillas, los toldos, la música y los niñitos corriendo. Es asfixiante  y yo detesto eso en una playa, al mar se va a estar en silencio largos ratos, a conversar en calma con buena compañía, a ver los colores del paisaje, sentir el viento y  darse baños llenos de paz. Al menos ese es el concepto de la playa que tiene este viajero de naturaleza, respeto a los que van con otra visión.

                                Foto: Adriana Herrera 

Entonces si nos movemos a los extremos la cosa se pone mejor y más tranquila, vuelve el oxígeno y poco a poco van apareciendo los colores de La Ciénaga, primero con algo de timidez, buscando que los veas inocentemente. Después brincan sin parar, para que los que nos damos el tiempo de observar lo que está más allá de lo común, podamos deleitarnos y jugar a capturar recuerdos.


Un detalle interesante de las casitas de La Ciénaga, además de sus brillantes colores, son sus nombres, ya que casi todas lo tienen y lo portan al frente en un cartelito. Recuerdo en especial una casita amarilla con verde que se llama “Qué rico vale”. 


Otra que se quedó en mi memoria es “Lejos de todo”, una de las más alejadas. Este pequeño hogar frente al mar representa la necesidad que todos podemos tener alguna vez, la de estar, como lo indica su nombre, apartados de todo. Así nos quedamos un rato, alejados, en serena paz, hipnotizados por el mar…



Debo decirles que solo conocí un pedacito, de La Ciénaga, es inmensa y todo lo que les cuento aquí corresponde a su extremo oriental. Me falta navegar, nadar y caminar todo lo demás (que es bastante) para poder conocer muy bien este lugar.

                                                 Foto: Adriana Herrera 

Para llegar
La única forma de llegar a La Ciénaga es navegando, lo más sencillo es hacerlo desde Ocumare de la Costa, en Aragua o desde la Bahía de Patanemo, en Carabobo.



   
Otras visiones


Fui a La Ciénaga en un viaje que hice en unión con otros bloggers viajeros muy queridos y talentosos. Si quieres conocer más de este y otros destinos, pasa por las redes sociales y los blogs de Adriana Herrera, Gustavo Celis y Silvia Dubuc


                                 Foto: Adriana Herrera 

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