Chuao imperdible: lo que debes saber para tu viaje
junio 11, 2016
Elegir lugares favoritos en
Venezuela es complicado, pero de un tiempo para acá tengo un idilio con la
costa este de Aragua, específicamente con Chuao. La paso tremendamente bien
cuando estoy allá y nunca quiero regresarme.
Texto, fotos y videos: Eduardo Monzón
Ya les había contado varias cosas de este destino en El mejor cacao del mundo, pero ahora les traigo nuevos datos de mi más reciente visita.
Texto, fotos y videos: Eduardo Monzón
Ya les había contado varias cosas de este destino en El mejor cacao del mundo, pero ahora les traigo nuevos datos de mi más reciente visita.
Azul
perfecto
Durante los primeros meses
del año en Venezuela tenemos una época sin lluvia, esto hace que los ríos sean
poco caudalosos y arrastren menos sedimentos, debe ser por eso que Chuao estaba
tan perfectamente azul, ya que el gran río que desemboca en la playa estaba lánguido.
Así que el color vivo del mar me dio la mejor bienvenida a uno de mis lugares
preferidos.
Lo que me gusta de estas
playas es que debes llegarles navegando, algunas personas que no conocen la zona
creen que se trata de islas pero no, Valle Seco, Chuao, Cepe y Tuja son parte
de la fachada continental de Venezuela, pero no tienen conexión por carretera
desde ningún lugar. Por eso suelo irme hasta Choroní y desde ahí tomo el peñero hasta la playa que quiera
visitar.
El quesillo de Isabel
Aunque en Chuao hay posadas, a mí me parece que es una playa para acampar, algo que les recomiendo es acercarse a los dueños de los locales de comida que hay a lo largo de toda la playa, ya yo había conocido a Manzanita, un señor muy popular entre los viajeros, aunque últimamente he escuchado varios cuentos que sugieren que ya no es tan “simpático”. Hay otros muchachos muy chéveres que venden pizzas, tragos y te hacen las arepas si les llevas la harina, cobran por ese servicio.
Esta vez decidí conocer a nuevas personas y casi por casualidad llegué al tarantín de Isabel Cisneros, un puestico de madera pintado de azul que está casi al final de la playa. Le pedí que nos guardara un yogurt en su nevera y amablemente accedió, decidimos armar nuestra carpa frente a su local, así que fue inevitable conversar con ella y con Guillermo, su compañero.
Esta vez decidí conocer a nuevas personas y casi por casualidad llegué al tarantín de Isabel Cisneros, un puestico de madera pintado de azul que está casi al final de la playa. Le pedí que nos guardara un yogurt en su nevera y amablemente accedió, decidimos armar nuestra carpa frente a su local, así que fue inevitable conversar con ella y con Guillermo, su compañero.
Resulta que Isabel se hizo
popular en Chuao porque se iba a vender dulces caminando por toda la playa,
hasta que un día decidió que quería vivir ahí y montó su local de comida, ya
han pasado 5 años. A parte de vender pescados y empanadas, tiene una
especialidad de la casa que me llamó la atención: el quesillo de cacao. No se
nos olvide que Chuao es la cuna del mejor cacao del mundo. Irónicamente no pude
probar el quesillo porque por esos días no tenían leche para elaborarlo, lo que
sí probé fue la torta de cacao y estaba mundial, al igual que las empanadas.
Asumí el tema del quesillo como un motivo para regresar.
Conocer
todo, todo
Otra cosa que debes saber,
si nunca has estado en Chuao, es que para conocer todo como Dios manda debes
visitar la playa, el pueblo y el Chorrerón, que es una cascada inmensa. A un borde de la playa, por donde te dejan los
peñeros, está el inicio de una carretera de cemento que conduce al pueblo,
desde ahí siempre salen camiones o busetas que hacen el recorrido cada cierto tiempo,
de ida y de vuelta. Todo, absolutamente todo lo que hay en Chuao ha sido llevado
en Peñeros desde Choroní, incluso los buses, busquen las fotos, es una locura.
En el camino hacia el pueblo
dense tiempo para respirar la frescura
del bosque que cobija a los sembradíos de cacao y sientan la emoción al leer el
mural que les da la bienvenida al origen del mejor cacao del mundo.
Ya en el pueblo, caminen
derechito hacia la plaza, busquen una pequeña chocolatería artesanal que está
muy cerca y se zampan un helado de cacao con “nutella” criolla. Eso es el
cielo, por eso está entre mis 10 cosas que debes comer en Venezuela.
Mientras disfrutan el heladito les da tiempo
de pasear por la gran plaza donde se pone a secar el cacao en distintos tipos
de pisos, y se toman la foto frente a la emblemática iglesia de Chuao, toda una
reliquia. No dejen de ver el mural a un lado de la plaza donde está el
calendario de todas las actividades culturales y religiosas que se celebran
allá durante el año. Hagan lo posible por ir alguna vez en la vida a ver a los
Diablos Danzantes.
A
caminar con Elías
Si deciden ir al Chorrerón,
la cosa es súper divertida porque siempre es como improvisada, te toca preguntarle
a cualquier persona quién te puede hacer
de guía (porque tienes que ir con guía o te pierdes pa’l carrizo). Yo les
recomiendo que busquen en la parte alta del pueblo a Elías, ya he subido dos
veces con él.
Nacido y criado en Chuao,
como él mismo afirma con orgullo, a pesar
de tener un problema en su espalda y piernas que le impide caminar con
normalidad (y nunca me atrevo a preguntar qué es) Elías se mueve como el rey de
la selva, se encarama por las piedras y cruza el río como si nada. Se va a la
montaña así como sale en la foto, descalzo porque dice que las espinas le huyen
a sus pisadas y las culebras le temen. Jamás se va sin su machete porque su
papá le enseñó que "hombre no se puede meter pa'l monte sin machete".
Elías es alegre, todos lo
conocen y se juega con las muchachas con
respeto, aclara él. A pesar de vivir cerca de la playa no se baña en el mar,
dice que se enferma y le da fiebre. Los precios de la guiatura son una bobería
y si necesitan guardar equipaje en algún lugar, amablemente los recibirá en su
casa.
Lo mejor es que vayan
temprano al Chorrerón, tomen en cuenta que, a paso lento, pueden ser unas 2
horas de caminata para llegar, por lo menos deben estar media hora allá y
después 2 horas más para volver. Créanme que vale la pena cada paso, la emoción
de encontrarse con esta espectacular caída de agua es indescriptible y bañarse,
ni les cuento.
Lo mejor es volver a la
playa al final del día para bañarse en el mar y esperar el atardecer. Tomen
tiempo también para observar a la gente de Chuao, vean cómo viven y hablen con
ellos. Son muy simpáticos, como toda la gente de la costa, aunque un poco
introvertidos si se les compara con los orientales. Pero son únicos, llevan el
sabor tatuado en la piel y en el alma, a mí me caen de lo mejor.
Chuao
para llevar
Lo del “mejor cacao del
mundo” no es habladera de paja, el cacao de Chuao es usado en la elaboración de
chocolates de afamadas marcas en Europa y Estados Unidos, no hay ninguna duda
sobre su contundente calidad. Por eso hay que apoyar todo lo que se haga con
nuestro cacao.
En Choroní crearon una nueva
marca de chocolates artesanales que se llama Fradale, hecho completamente con
cacao de Chuao. Lo venden en La Chocolatería, una tiendita que me gusta
muchísimo y siempre visito, está frente a la plaza de Pto. Colombia, al lado de
Coco Café Cacao. Si van en la mañana los atiende Marnis, muy amable, ella es la
mente maestra de Chocolates Fradale. Ojalá su chocolate reciba mucho apoyo para
que se venda en muchos lugares, no se lo pierdan cuando vayan.
Para conocer a Isabel y su
quesillo de cacao: 0416-8158542
Chocolates Fradale: 0412-3674021
Para conocer a Elías: solo
pregunten por su nombre, no tengo ni idea de su apellido, pero no hace falta
para ubicarlo.
Para información de posadas
chequea la guía de Valentina Quintero
1 comentarios
Bellisimo gracias po4 el post..
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